La investigación es una actividad inherente al quehacer de la Universidad, ya que en ella se produce la generación y aplicación del conocimiento, y los profesores haciendo partícipes a los estudiantes de este proceso, ya que se les proporcionan las bases para el desarrollo de la investigación y una visión experta de la generación del conocimiento que se imparte en el aula. La capacidad de investigación forma parte de una de las áreas sustantivas de la universidad porque mejora la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, se incluye la investigación como una competencia que se desarrolla en los estudiantes y que propicia el aprendizaje autónomo a lo largo de la vida y permite la actualización sistemática de los saberes y habilidades propias de la práctica profesional y desarrollo intelectual del individuo, beneficiando con ello a la comunidad en que se inserta.

 

El desarrollo de la investigación es crucial para poder cumplir la misión de formar recursos humanos productivos que agreguen valor a la sociedad; además de elevar el prestigio de la Universidad, motiva a los  profesores ya que ellos son la fuerza motriz del desarrollo, porque generan información confiable, válida, sistemática y oportuna resolviendo problemas del entorno y mejoran los indicadores de desarrollo, identificando oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades; con ello se impulsa el desarrollo científico, tecnológico y la innovación, pilares para el progreso económico y social sostenible de nuestro Estado.